El Viento Llora

Llora el viento.
Llora por perder
a una amiga.
Por no llegara tiempo,
por no poder volver
a su hogar lejano.
Dice que no llora,
pero es mentira.
Está muy triste,
tiene el alma rota.
Seguirá así cada día
No aguntará mucho más.

El viento mira a su alrededor, y no encuentra nada. Nada salvo una pared llena de poemas, dibujos y fotografías de las cuales dos estan tapadas, pues el viento es fuerte, pero está demasiado triste como para ver esas fotografías que le traen recuerdos que no quiere tener.
Tal vez si quiera, pero no está preparado para ello, por eso las ha tapado, porque necesita tiempo para volver a ser feliz.
El viento tiene amigos como los árboles o las rocas que le ayudan, le dejan jugar entre sus ramas y surcos, apoyarse en ellos en estos momentos y aunque le reconforta no es suficiente. Le han dicho que el tiempo lo va a curar pero no lo cree. El viento no cree en el tiempo, sólo en el espacio, el espacio que recorre, el espacio que lo hace agitar.
Este viento no es un viento normal: es un viento del norte, su hogar, su nombre es Tramontana y a la par que viento es una tormenta. No tiene marcas en la piel, porque no tiene piel, pero de tenerla, poseería tantas cicatrices como el más fiero guerrero, tantos rastros de lágrimas y arrugas en las comisuras de su boca como la persona que más apasionadamente a vivido.
Aunque viento, sólo, libre, también tiene un hogar, un lugar al que pertenece.
Se amolda a cualquier parte, pero como en casa no está en ningún sitio, y entre pensamiento y pensamiento, no deja de ver a su amiga que se ha ido...

Por eso vida mía, te echo tanto de menos, porque pese a que las cosas vayan bien, tú ya no estás, el mundo a perdido uno de los rayos de luz más potentes del mundo, tú que con tu fuerza y tu sonrisa llenabas a quienes te conocían, finalmente te has ido.
Ahora descansas, pero te echo de menos.
Ya te echo de menos bicho, desde el momento en que supe que ya no estabas empecé a echarte de menos.
Guardaré tu recuerdo siempre.